Testosterona: la hormona que debilita la defensa
La testosterona, lejos de hacer a los hombres más resistentes, los hace más vulnerables ante la gripe. Esta hormona tiene efectos inmunosupresores que reducen la respuesta antiviral del cuerpo. Menos citoquinas, menos actividad de linfocitos T y B, y menos anticuerpos tras la vacuna. Resultado: más virus, más días en cama y más posibilidades de complicaciones.
Estrógeno: el superpoder inmunológico femenino
Las mujeres cuentan con estrógeno y dos cromosomas X, ambos asociados a una mejor respuesta inmunológica. Producen más anticuerpos, eliminan el virus más rápido y se recuperan antes. Por eso, aunque puedan sentir síntomas más intensos al inicio, su recuperación suele ser más eficaz.
No es drama, es ciencia
El famoso estereotipo de que los hombres exageran sus síntomas cae por su propio peso. Estudios demuestran que los hombres no solo sienten más dolor, sino que realmente experimentan síntomas gripales más fuertes. Más fiebre, más fatiga, más días de reposo. El drama es real, señores.
El sexo también influye en otras enfermedades
Bronquiectasias, hipertensión, obesidad, diabetes… en todas hay diferencias de gravedad según el sexo. En pulmones, los hombres suelen presentar cuadros más graves. Incluso en gripe, ellos tienen más riesgo de hospitalización y mortalidad. Y si a eso le sumamos su mayor sensibilidad anticipatoria al dolor, la experiencia de la enfermedad se multiplica.
Conclusión: no es cuestión de voluntad, es biología
La gripe pega más fuerte en los hombres, y no es porque sean «débiles» o «llorones». Es cuestión de hormonas, inmunidad y diferencias genéticas. Reirse del «hombre agripado» es como burlarse de alguien con fiebre porque está rojo: no tiene sentido. La próxima vez que un amigo, padre o pareja diga que está tumbado por la gripe… créele.